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domingo, 1 de febrero de 2015

Historia - Cuadro de Pieter Brueghel "El molino y la cruz"

En el cuadro de Pieter Brueghel "El molino y la cruz", he marcado en una transparencia azul un personaje. Parece un punto blanco en el cuadro, pero he escrito la siguiente historia en la que explico quién es y cómo se relaciona con el entorno:


Historia:

Casi no recuerdo cómo acabé así… No le doy importancia al pasado, aunque repercuta directamente sobre mi vida en el presente. Ya no puedo caminar por las calles de la ciudad sin percatarme de esos escondidos y molestos susurros que golpean mi cabeza como un péndulo que balancea de oreja a oreja, emitiendo un sonido más ensordecedor que el campanario de la ciudad.

Hace ya tiempo que me fabriqué la esfera, de material transpirable y con unos diminutos orificios por donde poder mirar. Normalmente llamo la atención por donde paso, pero consigo evitar los susurros que hablan a mi deformidad. Sin embargo, hoy no es un día cualquiera. Desde el molino en lo alto de la gran roca, esta mañana han anunciado la proximidad de una gran tormenta que se acerca a la ciudad. Todo el mundo ha entrado en pánico. Los animales han sido los primeros en reaccionar; todos han escapado de sus jaulas y los cuervos sobrevuelan todo el monte. Hasta los más pequeños han abandonado a sus familias corriendo en un frenético intento de salvarse. Las avanzadas  de soldados se han quedado atrás y luchan por establecer el orden. El rey ha mandado reunir a toda la población en la colina más alta fuera de la ciudad, donde se ha formado un gran círculo alrededor del rey, a la espera de una decisión para salvar la tormenta.

 Yo venía del bosque, a donde suelo retirarme para estar solo. Vestido nada más que con una prenda similar a un poncho o capote, de color verde oscuro y unos pantalones; me incorporé a la multitud. Ésta parecía haberme olvidado por completo. Los niños no se plantaban delante de mí analizando mi estructura facial, en cambio, todos tenían en mente la reunión en la colina. Nada más salir del bosque, a mano izquierda, se encontraban un grupo de ancianas rezando al lado de lo que supuse eran sus nietos. Un poco más adelante, avanzaba un carro inundado de personas y tirado por un solo caballo que cruzaba el pequeño riachuelo como si fuera ese el esfuerzo más costoso de su vida animal. Puede que sea la escena de un pueblo sumido en el caos, pero desde el primer momento en que salí del bosque me he sentido una persona normal entre todas.

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